Psicoterapia

¿POR QUÉ IR AL PSICÓLOGO?

La decisión de consultar con un psicólogo se toma cuando las cosas no van bien, cuando tenemos un malestar, un sufrimiento psicológico, que no podemos parar, y que la mayoría de las veces no entendemos, o no sabemos a qué responde. Cuando nos sentimos mal, tratamos de buscar las soluciones por nosotros mismos, a veces compartiéndolo con las personas cercanas, cuando esto no es suficiente, y la incomodidad persiste, es aconsejable buscar ayuda psicológica.

¿QUÉ SE ENTIENDE POR PSICOTERAPIA?

Es un espacio de encuentro entre paciente y terapeuta, con el objetivo de entender lo que nos está pasando en estos momentos. La herramienta de trabajo en la psicoterapia es la palabra, por lo que, el paciente habla de sus síntomas, de sus sentimientos y conflictos, de aquello que le genera preguntas, dudas; y el terapeuta, por su parte escucha, acompaña, y trata de entender lo que está detrás de ese sufrimiento que el paciente describe.

Cuando alguien decide acudir a una psicoterapia, lo primero que hacemos es una valoración inicial, con fines diagnósticos, a partir de la cual el terapeuta estará en condiciones de saber si la psicoterapia es el tratamiento más adecuado. A partir de entonces, el paciente decidirá si se involucra en un proceso psicoterapéutico o no.

Síntomas frecuentes por los cuales se acude a psicoterapia

• Depresión, tristeza, duelos mal tratados o inconclusos.
• Ansiedad, fobias, miedos, estrés.
• Dificultades en las relaciones de pareja o las relaciones sociales.
• Falta de motivación, tristeza sin un porqué, llanto recurrente sin motivo aparente.
• Cambios repentinos del estado de ánimo.
• Angustia, con/sin ataques de pánico.
• Trastornos alimentarios, bulimia, anorexia, obesidad.
• Dificultades sexuales, falta de deseo, impotencia, ausencia de orgasmos.
• Trastornos del sueño
• Inseguridad, sentimiento de incapacidad, baja autoestima, timidez, complejos.
• Sentimientos de fracaso en el trabajo, o en el ámbito académico.
• Agresividad, irritabilidad.
• Conflictos familiares, discusiones frecuentes con hijos, con padres, conflictos de pareja.
• Problemas de la migración.
• Trastornos somáticos: dolores sin una explicación médica.
• Adicciones, obsesiones.
• Sentimientos de culpa, insatisfacción, desorientación.
• Otros más…