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Artículos de interés

¡VIVA LA DIFERENCIA!

Extracto del libro «¡Viva la diferencia! Complementa tus facetas femenina y masculina y sé feliz». Pilar Sordo

Causas de la infelicidad

En lo que llevamos del libro hemos analizado y comprendido conceptos y aspectos de nuestra vida cotidiana que hacen que seamos menos felices. Ayuda a que seamos menos felices el no saber ni comprender cómo funcionamos hombres y mujeres, pero nos hace peor todavía el estar siempre esperando que ocurran cosas que al final no suceden.

La primera causa de la infelicidad femenina estaría dada por la dificultad de las mujeres en el manejo de los tiempos personales.

Es fundamental que si una mujer quiere ser feliz busque y logre tener tiempo para ella, pero es igualmente fundamental que ejerza ese derecho sin culpa. Ese tiempo personal facilitará el poder estar en contacto con ella misma. Este tiempo personal ejercido sin culpa y facilitador de su conocimiento interno le permitirá entender los tiempos personales de los demás.

Es causa de infelicidad femenina la constante queja.

La queja es un elemento que en general los hombre no aceptan de buena forma, al igual probablemente que les sucede con el llanto, porque se trata de situaciones a las que no pueden encontrar ninguna solución aparente y cotidiana. Esta queja, como ya vimos, se genera a partir de la discrepancia que existe entre el pensamiento mágico y el pensamiento real. Vale decir la queja es consecuencia de esta discrepancia y, a su vez, causa de incomprensiones.

Otra causa de la infelicidad femenina se debe fundamentalmente a la «externalización» de la felicidad.

El colocar fuera de nosotras mismas las causas de la plenitud como de las desdichas no nos permite forjar nuestro propio proyecto o pauta de vida sino que estamos a merced de lo que hagan, digan, sientan o expresen los otros, con las consecuentes malas interpretaciones de nuestra parte.

La estructura de pensamiento mágico es causa primordial de infelicidad femenina.

Como ya he venido sosteniendo, una mujer mientras más pensamiento mágico tenga, más infeliz va a ser y más infeliz, por lo tanto, va hacer a todos los que la rodean. Esto no quiere decir y nada tiene que ver con que las mujeres dejen de soñar. Aquí de lo que se trata no es de dejar de soñar sino que colocarle magia a la realidad que tenemos y no intentar hacer real lo mágico, porque este camino es el que genera desdicha e infelicidad en las mujeres.

Debemos apreciar la realidad que tenemos y a esa apreciación que cada uno tiene de la realidad incorporarle nuestro encanto y toda la ternura de que seamos capaces y que la realidad aguante. Con encanto y ternura se hacen las mejores magias. Pero si intento hacer real mi pensamiento mágico voy a morir agotada, infeliz y haciendo infeliz también a cuantos me rodean.

Por último, tenemos que la ansiedad es causa de infelicidad femenina.

La ansiedad tiene su origen en el pensamiento mágico y está principalmente determinada por la discrepancia o la diferencia que existe entre el pensamiento mágico y el pensamiento real. Cada vez que uno entienda el comportamiento ansioso como una traducción de pensamiento mágico no satisfecho, las conductas ansiosas adquieren una forma más congruente de solucionarse.

Existen dos grandes causas que hacen que un hombre pueda sentirse infeliz: la incapacidad para estructurar soluciones y no lograr las metas.

La infelicidad masculina estaría determinada principalmente por ser o sentirse incapaz de estructurar soluciones a los problemas que se le van generando en el transcurso de su vida y por el no logro de las metas que los hombres se proponen. Ahora bien, el no lograr los objetivos puede tener que ver con la parte afectiva y emocional, pero ellos siempre estarán principalmente centrados en el no logro de objetivos y en el no logro de soluciones frente a los obstáculos que de una u otra manera se les van presentando en el camino.

TRABAJO PERSONAL

PARA SUPERAR LA INFELICIDAD Y LOGRAR LA PLENITUD

Al hacer evidentes ante los lectores y lectoras estas causas de infelicidad masculina y femenina no quiero lograr otra cosa más que, junto con comprenderlas, puedan solucionar algunas de ellas y entregarles algunas pautas de trabajo personal como las que siguen.

Estas pautas de trabajo van dirigidas a hombres y mujeres, pues en todos conviven lo femenino y lo masculino, por lo tanto, cada cual deberá ver hacia dónde se inclina su balanza y cómo lograr el equilibrio y el complemento.

• Lo primero que debiéramos hacer hombres y mujeres al leer este libro es plantearnos qué es todo aquello que retenemos para nuestro bien y qué retenemos pero nos hace daño. Luego podríamos dar un paso más y visualizar aquello que tenemos que soltar porque nos está haciendo daño y visualizar aquello que nos haría bien empezar a retener.

Ésa es la primera gran tarea: hacer una lista con todas las cosas que estamos reteniendo y todas las cosas que estamos soltando y ver qué estamos haciendo bien en retener y qué cosas podemos soltar en esa capacidad retentiva que nos haga daño. También el listado deberá incluir aquellas cosas que podamos retener que de alguna manera tampoco nos haga bien soltarlas.

Por ejemplo, a lo mejor podríamos ir a reuniones de apoderados si no estamos yendo. Esto debería estar en la lista de lo que sería bueno retener ahora y que en algún momento anterior soltamos. Podríamos también identificar y anotar en nuestra lista de soltar el dejar de hacer cosas que no nos gusta hacer y que nos hacen mal, pues nos generan conflictos y mal genio con respecto a nuestro funcionamiento cotidiano.

• Otra tarea sería trabajar con nuestros pensamientos mágicos y nuestros pensamientos reales. Si comprendimos bien los conceptos, entonces podremos —hombres y mujeres más allá de nuestros géneros— ver cuál es el que predomina en nosotros, cuáles son los pensamientos mágicos que hay que intentar superar y en qué medida debemos trabajar por equilibrar nuestra estructura.

De acuerdo al concepto de pensamiento mágico entregado en este libro escriba un listado de todo                         aquello que en su vida actual tendría su origen en el pensamiento mágico —el de las expectativas nunca satisfechas. Quizás se encuentre con que no necesariamente haya que eliminarlos todos ni tampoco intentar disminuirlos. Existen algunos que tal vez no causan daño y otros que sí es urgente y preciso eliminar o desechar. Empiece de a poco y con paciencia porque recuerde que esto ¡no ocurre por arte de magia!

Intente también descubrir y analizar sus definiciones internas para comprobar si ellas están o no, originando pautas tan exigentes que son imposibles de cumplir. Al descubrir y hacer evidentes estas pautas que estarían funcionando para el sí mismo debemos aprovechar de analizar si son o no las mismas con que evaluamos a los otros. Es muy recomendable descubrir si mi evaluación de lo(s) demás me impide o no disfrutar lo que eso(s) otro(s) me puede(n) entregar. Sólo así podré experimentar la felicidad por lo que tengo y no entristecerme por lo que me falta.

• La mayor parte de las filosofías y religiones plantean, en concordancia con la psicología, que la felicidad es aquello que tiene que ver con lo alcanzado al final del día; esto se dará sólo y en la medida en que somos capaces de registrar y valorar lo positivo del día y no lo negativo. Recordemos el clásico ejemplo del vaso lleno, mitad lleno o mitad vacío. Si yo de alguna manera planteo que el vaso está hasta la mitad vacío voy a tener una sensación de insatisfacción permanente; en cambio, si planteo que el vaso está hasta la mitad lleno voy a quedar satisfecho y podré experimentar sensaciones de felicidad. De esto depende que yo sea feliz durante un día.

Todos experimentamos acontecimientos positivos y negativos a lo largo de nuestro día, pero depende de nuestro colador o de cómo registremos estos eventos el que alguno se sienta más o menos feliz. No siempre ni a todos nos pasan cosas positivas y negativas, y esto tiene que ver con algo que siempre he dicho a mis pacientes y amigos: se trata de que los problemas psicológicos son en gran parte problemas oftalmológicos, es decir, tienen que ver con un problema de mirada, de cómo yo registro, miro, encapsulo lo que me está pasando para poder valorar la vida que tengo. Este mirar me determina o predeterminará la felicidad que yo logro experimentar y también determina, en parte, la felicidad que proporciono a los demás.